jueves, 19 de septiembre de 2013

Los gatos de tu callejón.

Era de noche, y no había en todo el cielo una estrella que brillara como lo hacías tú.
Los gatos de tu callejón se comían las sobras de los contenedores, 
y dejaron de hacerlo al observarte.

Te dio por caminar en la misma acera que yo, a mi lado...
"Va a empezar a llover, y no habrá portales que puedan proteger nuestras penas", dijiste.
"No suelo llevar paraguas", contesté, "pero tengo un coche en el que podemos cobijarnos, y algún que otro verso de poeta con tu nombre".

Más tarde me besó, mientras se hacía de día.
Ahora yo te pinto nubes blancas para tengas días felices.

M.


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