Ensayo. Marina Fernández.
¿Por qué todo lo que
escuchamos nos parece lo mismo?, ¿se ha perdido la esencia de lo que
consideramos “buena música”?.
Hay estudios
científicos por el CSIC que prueban que el pop/rock es cada vez más uniforme,
que hay menos variedad de notas empleadas y todas las canciones son similares.
La música popular (pop,
rock, blues, cantautor, etc…) a lo largo de toda la existencia ha tenido una
estructura básica y sencilla para llegar al publico.
Con el tiempo han
cambiado los patrones de composición, pero sí es cierto que aunque se piensa
que la música de ahora es más sencilla, sigue teniendo pocos acordes como antiguamente.
Los compases casi siempre son 4/4, lo que ha cambiado es que antes se trabajaban
más los arreglos de instrumentos como la guitarra eléctrica, la batería, el
bajo; y ahora se centran más en la producción, el tratamiento de la voz; pero
eso no quiere decir que haya una mala instrumentación, porque de hecho para los
discos de hoy en día más reconocidos, se busca a los mejores instrumentistas
del momento.
Antes, como ahora, si
querías escuchar una música más compleja tenías que indagar en un mundo más
alternativo.
Realmente lo que mucha
gente considera hoy en día música auténtica y compleja, no era así. Te puede
gustar más o menos, pero no es así, no es tan compleja. Por ejemplo, Bob Dylan.
Hizo muchas canciones, cientos de ellas, con muy pocos acordes. Otro ejemplo
son The Beatles, que han tenido tanto temas complejos, como otros con una estructura
muy simple. El Cannon de Pachebell, una sucesión de las mismas 8 notas durante
una infinidad de compases, lo único que cambia son los arreglos musicales que
hay por encima. El Another brik on the wall, uno de los temas de rock
progresivo más míticos de la historia, de Pink Floyd, apenas cambia en toda la
canción del Re m.
Otro ejemplo, el jazz clásico (sin hablar del jazz fusión) lo
que se toca siempre son los standars de jazz que aparecen en el Real Book. O
sea, todos los jazzistas saben tocar los cientos de temas que aparecen, pero de
diferente manera. Improvisan sobre esa partitura pero siempre son los mismos
temas. Todos los jazzistas tocan La chica de Ipanema a su manera, el Autumn Leaves,
All the thing you are…
Otro ejemplo, el Blues, que gira en torno al I, IV y V
grado. Una persona a la que no le guste, lo va a escuchar siempre igual, y va a
pensar “¡vaya! Qué repetitivo es esto…”
Otro ejemplo, el flamenco. En el
flamenco en cuanto alguna canción se sale de los patrones rítmicos y la
acentuación de ese determinado palo, ya no se considera flamenco, sino flamenco
fusión. Realmente, como en otros estilos, quien entiende de esa música sabe
apreciar las diferencias y su calidad. Al que no le gusta el flamenco, siempre
le va a parecer que es igual.
Y un ejemplo brutal,
las sevillanas. Si sabes bailar una sevillana, sabes bailarlas todas.
Por lo tanto, quiero
decir con todos los ejemplos anteriores, que el mérito de que un tema sea
bueno, no es la complejidad de la armonía ni de los acordes, sino de encontrar
una melodía que se asiente bien sobre una base, que tenga unos buenos arreglos
musicales, que tenga también una producción adecuada con la época, y que el
tema tenga una intención que incida en el contexto sociocultural de una
determinada población.
Bien es cierto que son
las compañías discográficas las que nos meten un determinado tipo de música
hasta la saciedad, hasta que “obliga” a la gente a que le guste. Pero gracias a
este mundo globalizado con recursos comunicativos tan grandes como internet,
radio, tiendas de música…, gracias a eso podemos elegir lo que nos apetezca,
música más compleja o música más simple.
Para concluir diré que lo que
importa en esta vida al final es que si te levantas a las 7 de la mañana, o como
si estás con tu pareja en una velada, o dándote una ducha, pongas la radio, y
el tema te anime a encarar bien el día, a estar a gusto. Y tanto si es un tema
de rock, o metal súper virtuoso, o como si es un tema de drum’n’bass… Lo que
importa es que te anime, y si te funciona, bien. Querrá decir que esa música es
buena para ti.
Que la música no es
matemática, ni ciencias exactas que se puedan explicar con estudios en un laboratorio.