miércoles, 4 de diciembre de 2013

Crítica/análisis de la película 'La Chaqueta Metálica' -Full Metal Jacket- (Contiene spoilers)

La Chaqueta Metálica está obviamente dividida en dos partes muy diferenciadas una de la otra, aunque íntimamente ligadas. Los primeros 45 minutos transcurren en el interior de una base militar, concretamente en la isla de Parris, en Carolina del Sur en los últimos meses del año 1967, mientras que el resto de la película tiene lugar en la base de los Marines en Da Nang y también en la cercana ciudad de Hue a finales de Enero de 1968.


La chaqueta metálica es una explosión de diálogos punzantes e imágenes muy bien filmadas, aunque no se ha convertido en una gran película precisamente por su fotografía, sino por sus diálogos. Tiene un guion increíble.

La primera parte es prácticamente perfecta, mejor que la segunda a mi parecer. Tiene imágenes muy ásperas e incómodas, y otras muy graciosas. Me he reído en muchas ocasiones porque me imaginaba allí con ellos dentro de esa base militar, observándolos sin que ellos me vieran a mí. Por ejemplo en la escena de “aquí mi fusil, aquí mi pistola. Uno da tiros, la otra consuela”, mientras caminaban agarrándose el pene. Es simplemente perfecta.


También me he emocionado, aunque no tanto como esperaba. La escena en la que todos rezan en la cama con su fusil antes de dormir me transmitió mucho. Los dobladores al español hicieron un gran trabajo, y en esa escena las voces mientras rezan a las armas son muy serias y sentimentales. Realmente sin ellos su fusil no sirve, y sin su fusil ellos morirán.

Me ha impresionado también bastante el sargento Hartman. He visto algunas películas basadas en combates y períodos de instrucción, pero lo de Hartman es un caso aparte. Es el límite de la dureza, recurre todo el tiempo al ataque verbal, psicológico o físico para tratar de endurecer a los reclutas. Hartman propone un adiestramiento inhumano para formar máquinas de matar en la guerra. Allí no están permitidas la debilidad, ni tampoco la duda, porque pueden ser hombres muertos en el campo de batalla. Si ha de morir alguien tiene que ser el enemigo. Y no todos pueden resistirlo. La mente del Recluta Patoso termina trastornándose bastante, pierde la cordura y el sentido de la realidad tras una sucesión de humillaciones y termina llamando la atención de Hartman para matarlo.

Otros, como “Bufón”, son capaces de adaptar su sensibilidad a este ambiente, recurriendo al cinismo para sobrevivir. Pero los códigos cuartelarios van introduciéndose poco a poco en su conducta, y así acaba por aceptar la ética brutal de Hartman, participando en el castigo nocturno del “Recluta Patoso” ya que sus errores afectaron al resto de compañeros. Al final se gradúan tanto los patosos como los bufones. Y comienza la segunda parte de la película.

En esta segunda parte me costó prestar total atención, aunque los méritos de esta película son muchos, pero tiene un ritmo impactante que de repente me lo da todo y al segundo me lo quita. Me pareció curioso también cómo manipulan siempre la información durante la guerra para que en América se vean las cosas de otra manera.


Creo que es una obra clave de las últimas décadas por muchas razones: su temática, la excelente fotografía, los diálogos tan increíbles e impactantes con ese vocabulario obsceno, los diferentes personajes, y la banda sonora. ¡Pedazo de banda sonora! Si todo eso lo colocas en el contexto de una base militar liderada por Hartman, y más adelante en una desoladora guerra marcada por el compañerismo y las ganas de salir vivo de allí para poder mantener relaciones sexuales con alguna mujer, pues te queda una obra maestra del género bélico y del cine en general de las últimas décadas.

Kubrick es uno de los pocos realizadores de cine que pueda abordar temáticas tan diferentes con tanto talento. En este caso y como he dicho antes, La Chaqueta Metálica está dividida en dos partes diferentes relacionadas por un mismo tema. Kubrick centró nuestra atención y la parte fuerte de la película en el entrenamiento de los reclutas y no en el combate como estamos acostumbrados a ver en el cine. Es una película de guerra diferente. No tiene grandes efectos especiales, y se agradece. La pizca de periodismo militar que aparece en la película también se agradece, y la banda sonora es fantástica.

Como anécdota, habría que señalar que los distribuidores españoles no vieron con demasiados buenos ojos – o tal vez habría que decir que no escucharon con muy buenos oídos – la crudeza de los diálogos, e intentaron limar asperezas, pero el propio Kubrick, que supervisaba personalmente los doblajes de todas sus películas a las principales lenguas, se negó rotundamente a que éstos fueran retocados, amenazando incluso con impedir el estreno del film en España, algo que afortunadamente no se produjo ya que el doblaje al castellano se realizó con bastante fidelidad al original. 

Marina Fernández Lores.