Matt Damon consigue hacer de
Tom Ripley un personaje realmente convincente y complejo. Ripley es una persona
extremadamente interesante e inteligente, un hombre de origen humilde con mucho
talento que a raíz de una mentira inofensiva marcha a Italia sin saber muy bien
el plan que llevará a cabo. Ripley se convierte prácticamente en la sombra de
Dickie, poco a poco pasa a ser un estorbo para él, es entonces cuando aflora su
talento macabro lleno de mentiras. Aunque sus actos sean bastante previsibles
en casi toda la película, son totalmente creíbles. Ripley es un gran imitador y
muy buen estratega. Sufrí casi toda la película con él y su guerra interior que
no le deja descansar. Damon realiza una interpretación insuperable, su personaje
no era nada fácil y él lo bordó. Incluso canta bien; Damon sabe interpretar,
expresar, imitar, actuar… Cuando canta My Funny Valentine acompañado del resto
de músicos piensas ¿qué más puede hacer este hombre? Tiene registros
interpretativos muy variados, es un actor muy completo que en nada tiene que
envidiar las dotes de Paltrow o Law.
Aunque Minghella se empeñase
en hacer una de esas películas que ganan muchos oscars y que no son tan bien
recibidas por el público como Cold Mountain por ejemplo, lo cierto es que El
Talento de Mr. Ripley es una película de suspense muy buena, con una historia
bien conducida y unos personajes que aunque no son novedosos nos meten de lleno
en la película.
Al volver a verla me he
fijado en detalles que la primera vez pasaron desapercibidos. No le di tanta
importancia por ejemplo a la manera en que el destino actúa sobre Ripley,
parece como si en el primer momento en que decidió comenzar con su farsa una
fuerza mayor le condenara a cada paso. En cada actuación tiene que retroceder,
pensar otro plan y llevarlo a cabo. Llega un momento en que ya ni recuerdas
cuantas mentiras y malos actos ha realizado. Aunque Ripley es una víctima, de
la gente que le rodea en su viaje a Italia y de él mismo, de sus propios actos
y decisiones.
Paltrow realiza un papel
sensacional también, muy real y emotiva. Aunque no tiene tanto protagonismo
como Damon y Law pero en sus escenas es perfecta. Además es la única con la
cabeza amueblada dentro de esta historia, y aunque tarda y nadie le cree, al
final se da cuenta de toda la mentira de Ripley.
Jude Law no podría haberlo
hecho mejor, a pesar de ser el típico papel de un hijo de papá, ricachón, sin
preocupaciones, haciendo lo que le apetece en cada momento y sin dar un palo al
agua (nunca mejor dicho), lo cierto es que le faltó poco para comerse de lleno
el papel de Damon.
Philip Seymour Hoffman y Cate
Blanchett lo hacen bien, aparecen lo justo y necesario. Blanchett aparece
incluso de más en mi opinión, no me cuadra que siempre esté en el momento menos
oportuno.
Otro dato a destacar es lo
bien ambientada que está la película, sobre todo las escenas de la costa Amalfitana,
y las de Roma y Venecia; es como un viaje en el tiempo muy real.
La banda sonora muy acertada
también, con temas de Bach, Dizzy Gillespie, Charlie Parker, o Miles Davis
entre otros; le dan a la película ese toque para que te guste aunque estés
pensando que a la trama le falta algo.
El talento de Mr. Ripley
es una película intensa que a pesar de sus más de dos horas no aburre ni te
deja indiferente. Cada acción de los personajes conlleva a otra, y esa a otra,
hasta que te enredan con ellos, con su vida, su desequilibrio emocional y sus
mentiras.
Marina Fernández.
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