viernes, 12 de febrero de 2010

Mágico y efímero.

El día muere, todo apasionamientos y morbideces sensuales.
La ciudad se rodea de ruidos blandos, el cielo es de corazón de esmeralda, y el río pasa rápido, agitando rosales, árboles de amor, huecos en su interior, adelfas y madreselvas. El celeste, el amarillo cálido, el morado frío, el gris, son dolores y suspiros a través del maravilloso encaje de los eucaliptos, que mueven sus cabezas muy lentos sintiendo la vaguedad del crepúsculo. Las sombras se abrazan y van ocultando el fondo de color y, al llegar la noche, sólo son blancura las estrellas y las flores…

Entonces mi corazón estalla en amor a todo y mi ilusión sería ser agua para siempre andar mudando de visión, o ser color de poniente para inspirar dulce melancolía a los demás. Cuando el sol se funde con el monte, se despierta la melancolía y, envuelta en sus mantos de éter y fuego de estrella, se esparce por los jardines y los ríos, besando a las almas con su olor de todas flores. Los ojos se tornan estáticos y mudos, las manos son dos llamas dulcísimas. En esos instantes saturados de pensamientos, quisiera ser piano para decir mis deseos. En esos momentos supremos de desbordamientos y desfallecimientos cálidos…

Todo soy desmayos, todo amores, todo soy pureza y sensualidad. Todo se derrite en músicas, en olores y en lejanías. Por eso cuando siento llegar el crepúsculo se apodera de mí el miedo…pero inconscientemente penetro en el jardín para llorar de nada y llorar por todas las cosas en la hora sin palabras de la tarde. En esa hora todo me parece de lejos… En esa hora el principio de los principios es como una interrogación. En esa hora me adormezco entre los rosales, pero llena de temor…si en esos momentos a mi mente viniese un recuerdo tuyo, mi alma sería como el brillo de la luna…

La pasión se besa con la imaginación… ¿Qué será de esto que tengo que no es materia? ¿Morirá o se la comerá el pero del amanecer? ¡Tarde de colores y de pasión! ¡Tarde de pensamientos y silencios! La imaginación me atrapa con sus alas de aire azul, y camino por esta senda, y lo afronto con entereza… La tarde se retuerce de tanto olor y suavidad. Todas mis ideas, todas mis inquietudes…mis sentimientos…El río corre más fuerte, el aire tiembla, en el fondo, allá entre las nubes, unos ojos me miran apasionados; después unos labios carnosos…me voy a desbordar de pasión y pensamiento… El aire inquieto levantó a las palomas, tronchó amapolas y me trajo olores de clavel y azahar, una mujer…unos senos con velos de jazmín… ¡Qué temblor en el cuerpo y qué luz en los ojos!



1 comentario:

  1. Eres naturaleza, espacio, sentimientos, emociones fuertes encerrados en un cuerpo que esta al borde de estallar de amor.

    Tu alma me parece hermosa.

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